Desconectando en Marismas del Odiel
Si algo caracteriza a Huelva es su gran reserva de naturaleza “salvaje”. La provincia es una afortunada en cuanto a paisajes, parajes y entornos naturales. Un claro ejemplo es el que disfruta Huelva capital (y municipios limítrofes como Aljaraque, Gibraleón o Punta Umbria) en Marismas del Odiel.
Marismas del Odiel es reserva de la biosfera de la UNESCO, además de ser un paraje natural protegido por su gran variedad de plantas y aves y su valor ambiental.
Situado en la desembocadura del Río Odiel, es la segunda zona húmeda más grande de España después de Doñana (también en nuestra provincia). Este regalo de la madre naturaleza integra a su vez las cercanas Reserva Natural de las Marismas del Burro y la Reserva Natural de la Isla de Enmedio.
Además de contar con los humedales en los que decenas de especies avícolas pasan sus inviernos, y también el resto del año por sus magníficas temperaturas; Marismas del Odiel posee la playa urbana de Huelva, más conocida como El Espigón.
Su nombre se debe a la construcción de esta estructura para preservar las zonas de mareas y tiene una longitud de más de 15 kilómetros que se pueden recorrer en bicicleta, a pie o en coche.
Este paraje natural es una reserva de vida del que se puede disfrutar cada día del año. Tiene muchos atractivos. Algunos de ellos son el Centro de Interpretación de la Calatilla, las áreas interpretativas que explican las diferentes zonas y sus especies más significativas, y los miradores en los que disfrutar de paisajes espectaculares, atardeceres que parecen pintados en acuarela y el vuelo de decenas de aves.
Este paraje natural es una reserva de vida del que se puede disfrutar cada día del año
Y es que este estuario, sobre todo en invierno, acoge a una enorme concentración de aves siendo la mayor colonia de Europa de cría de espátulas (alrededor de un 30% anida aquí), garzas, flamencos, anátidas, garzas imperiales y reales, cigüeñas negras, grullas o águila pescadora entre otras.
Existen espacios en los que las estampas son únicas, los atardeceres llegando a la playa: cuando miras hacia la derecha se encuentra una marisma bañada de colores dorados y anaranjados que reflejan en el agua la mejor y más completa paleta de colores. El muelle cargadero de Tharsis, una estructura que se encuentra al inicio de este paraje y es único en el país. Las mágicas Salinas, con esas montañas blancas que dibujan horizontes salados...
Disfrutar de Marismas del Odiel es un lujo al alcance de todos cada día del año.