El Nobel onubense enamorado de Moguer: Juan Ramón Jiménez.

13 / febrero / 2023

"Te llevaré Moguer a todos los países y a todos los tiempos, serás por mí, pobre pueblo mío, a despecho de los logreros, inmortal". Son muchas las personas, dentro y fuera de Moguer que se han enamorado de sus calles, de la vida sencilla de sus habitantes. Habitantes que además tienen unos sentimientos profundos y sinceros. 

 

Muchos de ellos, con el paso del tiempo exportaron las costumbres, historias y tradiciones fuera de las fronteras del municipio onubense. Y entre ellos, siempre habrá uno al que recordar y estudiar con mucho cariño y aprecio: Juan Ramón Jiménez.

 

Juan Ramón Jiménez Mantecón, nació en el seno de una familia burguesa hacendada y culta el 23 de diciembre de 1881, a finales del siglo XIX, concretamente en la calle Ribera esquina a la de las Flores. Al cabo del tiempo la proyección de sus palabras fueron desarrollando su sello y creatividad, destacando el amor inmortal que expresaba a su tierra, las gentes, la flora y la fauna que lo vio nacer.

 

Uno de los ejemplos más importantes y representativos de las creaciones de Juan Ramón Jiménez es Platero y yo, obra donde apodó a Moguer como la “blanca maravilla” haciendo referencia al color característico del pueblo. A través de esta epopeya universal acompañado de su borriquillo, se narra la vida de las calles y plazas de la ciudad.

 

“Te he dicho Platero que el alma de Moguer es el vino, ¿verdad? No; el alma de Moguer es el pan. Moguer es igual que un pan de trigo, blanco por dentro como el migajón, y dorado en torno -¡oh sol moreno!- como la blanda corteza”.

 

En la casa-museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez se puede comprender un poco más de lo que fue su vida y obra, del mismo modo que si vas a realizar algunas de las rutas juanramonianas del premio Nobel de Literatura: la colección de azulejos, el cementerio parroquial de Moguer o su casa de campo.

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