Rincón con encanto: Corta Atalaya

26 / octubre / 2017

Nos desplazamos hasta un rincón que impresiona. Un lugar que te hace sentir como una miniatura comparado con la inmensidad y majestuosidad de este paraje. Se trata de la Corta Atalaya, una explotación a cielo abierto que en su día fue la más grande de Europa.

 

Como ya hemos comentado en algún número anterior, la Riotinto Company compró esta explotación minera en 1873, cuando era la explotación subterránea de Filón de San Dionisio. Más tarde, en 1907 pasó a ser el yacimiento a cielo abierto Corta Atalaya. Fue uno de los proyectos más ambiciosos de la Rio Tinto Company y estuvo en explotación hasta el 20 de septiembre de 1994.

 

Las dimensiones de la elipse de esta gigantesca explotación son 1.200 metros de largo, 900 metros de ancho y 350 metros de profundidad. Para tomar conciencia con más facilidad de la inmensidad de este lugar es aconsejable fijarnos en la locomotora que hay abandonada en uno de los anillos de la mina, que se antoja una miniatura.

 

La Riotinto Company llegó a construir una aldea cercana a esta explotación llamada La Atalaya. Se trataban de casas de 45 metros cuadrados que formaban la aldea y que estaba dotada con una plaza pública, una capilla, un almacén de alimentos, un casino, una escuela y un cuartel de la Guardia Civil.

 

Este pequeño núcleo de población acogió a una parte de los trabajadores de la Riotinto durante casi un siglo, pero posteriormente, en un plan para ampliar la Corta Atalaya, fue aprobada la demolición de la aldea. En la actualidad, y paseando por las inmediaciones de la Corta Atalaya, aún se pueden observar las fantasmales ruinas del colegio de esta aldea.

 

En el avance de esta gran explotación también fue necesario destruir el antiguo pueblo de Minas de Riotinto, levantándose una nueva localidad en el lugar que ocupa actualmente. En la actualidad, en las inmediaciones hay un campo de golf que lleva el mismo nombre de esta explotación.

 

El árido pero a la vez majestuoso e, incluso, sobrecogedor paisaje de la Corta Atalaya –tallado durante decenas de años por la mano del hombre– ha servido en ocasiones de escenario de películas. Aquí se han rodado escenas de los filmes ‘El Corazón de la Tierra’, de Antonio Cuadri, o ‘Próxima’, de Carlos Atanes.

 

La Corta Atalaya es un rincón singular de la provincia de Huelva en el que se puede contemplar la acción del hombre en la naturaleza, y que ahora parece casi abandonado. Pese a los signos de inactividad evidentes, pasear por su entorno nos permite imaginarnos cómo fue este lugar que durante siglos estuvo lleno de vida, de trabajo y de esfuerzo.

 

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